Ésta fue la primer y única columna que escribí para uno de los fanzines mas activos de Sudamérica del año 2013: Mantra. Y si bien hay cosas que menciono con las que no resueno hoy en día, es la publicación más antigua que escribí con 24 años y conservo aún conmigo con mucho orgullo como una parte importante de mi vida en la cual practicaba los principios del stright edge.
Para introducirte un poco en tema: El stright edge es un estilo de vida y un movimiento que se inició dentro de la subcultura del hardcore punk en el cual sus seguidores hacen un compromiso de por vida para absternerse al consumo de drogas, alcohol y tabaco, y en su lugar, eligen no contaminar el cuerpo y la mente. No promueven ningún tipo de actitud autodestructiva sino que cuidan su salud mental, emocional y física. Respectan la naturaleza y los animales por lo que siguen una alimentación vegetariana o vegana y se abstienen a la promiscuidad. Escuchan música hardcore y mantienen un rechazo absoluto a la cultura del capitalismo y el consumismo. Los practicantes del estilo de vida straight edge solían llevar una X en el dorso de la mano. Y, por último, el lema del Stright Edge es “Si quieres cambiar el sistema, tienes que ser más listo que él. Y solo puedes conseguirlo con la mente despejada.”
Ahora sí, les comparto mi columna:
Es tan difícil escribir sin que desvíes tu atención teniendo tantas cosas para decir. Es difícil porque a veces no queremos pensar demasiado, no queremos salir de la comodidad que nos dice que el camino que transitamos es el único, es el correcto. Entonces nos estancamos en lugar de conocer caminos vírgenes, en lugar de cuestionarnos todo, en lugar de cambiar. Pero es que somos tan orgullosos y arrogantes que evitamos escuchar a quien tiene algo para decirnos. Entonces lo miramos desafiándolo, pensando por dentro: " a ver este qué tiene para decirme a mi." y entonces ahí es donde perdemos la oportunidad de aprender, de conocer una mirada diferente sobre el mundo.
Pero lo bueno es que podemos desafiarnos a nosotros mismos, ponernos a prueba, asumir nuestros errores y trabajar para cambiarlos dejando de lado lo establecido pero sin fanatizarnos. Porque el fanatismo no sirve. Los verdaderos cambios no se hacen para pertenecer a un grupo o para complacer a alguien o demostrar algo a los demás, sino que se hacen por convicción, por una decisión individual que no todos están dispuestos a afrontar y que no todos están preparados para llevarla a cabo. Cuando no hay convicción, el acto de cambio se convierte en fanatismo y esto no es más que traicionarse a sí mismo.
Si bien las verdades absolutas no existen hay algunas certezas a las cuales no podemos escaparles: las que tiene que ver con el bien y el mal. Nosotros como especie tenemos la capacidad de discernir entre éstas, por lo tanto es una responsabilidad que deberíamos tomar y no hacer oídos sordos. Si dañar a alquien está mal, debemos evitarlo. Como sea.
Si al menos queremos intentar llevar una vida mejor, deberíamos empezar por no traicionarnos, por ser buenas personas, por no dañar a nadie porque tarde o temprano nuestras acciones y comportamientos serán juzgados. Porque la ley del karma existe. Porque cosechamos lo que sembramos. Siempre.
Entonces, empecemos a mirarnos a nosotros mismos. A cuestionarnos todo. Por qué hacemos lo que hacemos, por qué actuamos como actuamos. Podemos estar tan seguros siempre de que estamos haciendo las cosas bien? Son muchos los que se quejan por la sociedad en la que vivimos, pero no se fijan en cómo están por dentro. Muchos se cuelgan del cartel del veganismo creyéndose los mejores del mundo por respetar a los animales pero poco saben de respetar a su propia especie y su arrogancia no les permite más que distanciar a aquellos que ellos llaman "especistas" (lo cual no comparto en lo absoluto). Estan quienes se empecinan
por pintarse la X en la mano o se tatuan sin siquiera terminar de entender el concepto de Straight Edge. Los que predican en general algún tipo de creencia sin cumplir ellos mismos con lo que dicen. Y este es el gran problema de las etiquetas. Aquí sale a la luz el fanatismo de nuevo. Y es que más que "el decir", es el ejemplo que damos lo que realmente habla de nosotros.
Esto no es más que lo que yo creo, mi verdad, no es la verdad. Pueden estar de acuerdo o no. Pueden querer modificarla o no. Pueden cuestionarla y bienvenido sea.
Creo que hay un gran problema en la sociedad que ha sido generado por este sistema para lo cual me parece necesario explicar ya que considero es la base de todo. Nos quejamos mucho. Estamos inconformes ante todo lo banal que este sistema nos ha inducido a tener haciéndonos creer que ahí está la felicidad y mantenemos plena conformidad ante las injusticias más grandes que hemos provocado donde las víctimas terminan siendo los inocentes. Creamos una vida llena de falsas ilusiones y materialismo absoluto sin grandes metas ni objetivos. Condenándonos por no tener lo que quisiéramos, tratamos de ahogar nuestros problemas en lugar de enfrentarlos, festejamos sobre nuestra propia autodestrucción llenando copas de narcóticos para estimular nuestra vida en lugar de protegerla. Enfermamos para que ellos - las grandes corporaciones, los dueños del mundo- se ocupen de nosotros vendiéndonos medicinas, manteniéndonos entretenidos con boludeces. Y eso no es suficiente. Nos alimentan con la sangre de los inocentes, nos hacen partícipes de una terrible masacre que se nos oculta al igual que lo perjudicial que es para nosotros consumir productos de origen animal. Y es que a ellos, las grandes corporaciones, los dueños del mundo, les conviene tener gente enferma, sumisa, sin grandes objetivos y mediante la alimentación, el combustible de nuestro organismo, terminan logrando lo que quieren: lucrar con nuestras vidas a costa del sufrimiento y la agonía de millones de animales ¿Los vamos a dejar?
Si entonces la especie humana es la culpable de esto, entonces es la total responsable de terminar con una vida llena de sufrimiento, dolor y muerte de seres inocentes. Fuimos educados de una manera que es necesario cuestionar porque nunca puede estar bien el hacer daño a alguien -incluso a uno mismo- y todos los animales somos "alguien" y no "algo". Debemos tomar consciencia sobre cada una de nuestras acciones y lo que estamos provocando porque somos parte de una sociedad enferma, una sociedad cegada.
Pero lo cierto es que hasta que nosotros no estemos bien con nosotros mismos, no vamos a poder llevar a cabo ningún cambio verdadero.
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